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Turismo Slow

, Rafael Aragón

Practicar turismo slow en Lobras, supone una manera auténtica de conocer este lugar,  su gastronomía, entorno, disfrutando cada uno de los rincones, olores y sabores; todo esto evidentemente con tranquilidad y sin prisas.

Este modo de turismo es una oportunidad excepcional de realmente acabar con las rutinas diarias, los ritmos frenéticos, y el acercamiento superficial que hacemos hacia lo que nos rodea. El turismo slow se presenta como un modo de respetar y considerar el entorno, las costumbres y aumentar nuestra sensibilidad por la naturaleza. Prestando atención a lo que nos evoca el olor de la fruta, el cantar de los pájaros al levantarse por la mañana y el olor del café disfrutando del desayuno

Se trata de participar como un ritual en el disfrute de cada una de las situaciones que se nos presentan en un ambiente natural, lejos de las distracciones, ruidos y las prisas que caracterizan a la ciudad, y a una desconexión del ser humano con la naturaleza.

Integrarse con la naturaleza participar en ella y sentirse parte de ella es lo que obtenemos con el turismo slow. Pasar unos días descubriendo y experimentando, este modo de viajar es mucho más que el de mirar, supone implicarse sin horarios al disfrute de sí mismo con la riqueza del entorno.

Los consejos que te damos para disfrutar del turismo slow en el huerto de Lobras son los siguientes:

  • Quedarse un mínimo de una semana, para olvidarse de las prisas.
  • El huerto de Lobras está en un entorno natural, no muy grande, con limitaciones geográficas para poderlo recorrer fácilmente, pasearse y disfrutar de las maravillosas vistas que ofrece la Alpujarra.
  • Ir a todas partes caminando para involucrarte con la naturaleza, tener contacto con la gente, hacer ejercicio y escuchar los sonidos que forman parte del hábitat natural.
  • El alojamiento, al ser habitaciones rurales se pueden aprovechar al máximo, conociendo además la decoración propia del entorno en el que te encuentras.
  • Inscribirse y participar en actividades que te ofrezcan conocer de primera mano la gastronomía y los productos artesanales. Recoger frutos del huerto, realizar un taller de astronomía, conocer los viñedos y su proceso para la elaboración del vino. Si vas en familia con niños también puedes implicarte con ellos en todas estas actividades y muchas más pensadas para los más pequeños.
  • Llevar algún libro sobre la Alpujarra; para conocer su cultura, gastronomía, historia, etc. Comprendiendo mejor dónde te encuentras conociendo las tradiciones, pudiendo, además,  participar en ellas.
  • Olvidarte en casa las tecnologías y todos aquellos aparatos que gobiernan tu vida diaria, apartarlos por un momento y observar qué tal se está sin ellos.
  • Conocer la gastronomía yendo al mesón típico al que van los que viven allí, y si es posible aceptar la invitación de algún lugareño que os muestre y deleite con la cocina típica.

Ante todo la recomendación que te hacemos es que te relajes, bajes el ritmo, atiendas a tu descanso, hagas lo que te apetece; y que por unos días salgas de la rutina habitual. Concédete la satisfacción de gozar de la naturaleza y de ti como parte de ella.

Categorías: La Alpujarra | Turismo Slow

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