Mi experiencia comenzó por la invitación de una querida amiga, que en su coche nos llevó a mí y a un chico argentino, el cual conocí ese mismo día. Inti, que así se llama el chico, venía de mochilero recorriendo algunos lugares de España tras haber disfrutado de una beca en Francia, y antes de volver a su país quería conocer algo de España. Al igual que yo, él no conocía nada de la Alpujarra y mucho menos de Lobras, un pueblecito escondido entre la inmensidad de las montañas en Granada.